Querida Verito te cuento sobre mi experiencia con la lectura Maya:
Uno de los cursos de verano ofrecidos por esta casa de estudios, fue el taller centrado en el descubrimiento del legado cognitivo de la cultura Maya y su aplicación en la vida cotidiana con el fin del lograr un conocimiento profundo de la realidad.
Como consecuencia de la globalización, la apertura a nuevos conocimientos y el acercamiento con formas holísticas de comprender la existencia del hombre, ya no es resorte de unos pocos, sino que hay un gran porcentaje de la sociedad que siente interés por aprender más acerca de estos saberes alternativos.
En este sentido, la universidad como ente generador de conocimientos tiene una responsabilidad intrínseca con la sociedad, debiendo entregar más que los contenidos disciplinares propios de cada carrera a sus estudiantes, abriendo sus puertas a los que quieran formar parte de este proyecto educativo y, al mismo tiempo, debe tener la capacidad de adaptarse a los cambios suscitados por los nuevos escenarios políticos, sociales, económicos y culturales.
En esta línea la U. Autónoma de Chile en Talca, durante el desarrollo de su Escuela de Verano, dictó un particular taller basado en el calendario maya, comprendiendo éste como una especie de ADN espiritual sustentado en la exactitud matemática desarrollada por esta civilización ancestral.
La docente a cargo de este curso es Verónica Sepúlveda Tarud, quien se ha dedicado por más de 15 años al estudio de esta cultura. Luego de un viaje a la antigua ciudad de Chichén Itzá nació su interés por profundizar en este saber, principalmente del Tzolkin, un tipo de mapa y matriz energética que permite, a través de una ecuación matemática, describir los principales aspectos de un individuo y su forma de comunicarse con el mundo.
La idea central del estudio de esta ciencia- como la califica Sepúlveda- es que el hombre aprenda a conocerse a sí mismo. “Hoy existe una interrogante, una pregunta que nos hacemos con frecuencia sin encontrar respuesta. Nos sentimos perdidos sin saber por qué estamos acá. No sabemos interpretar nuestras emociones y, de alguna forma, hemos olvidado cómo poner a disposición nuestro cerebro. No comprendemos por qué somos y actuamos de determinada manera. Los mayas tenían pleno conocimiento de este ADN espiritual y podían interpretarlo a través de la matemática. Esto no es brujería ni tampoco una rama esotérica, esto es ciencia”.
Deportes, colores, glándulas ligadas a nuestra estructura humana, olores, grupos familiares asociados e incluso la vestimenta, son descritos de forma exacta por “el maya”, una vez que conocemos quienes somos. Para llegar al conocimiento de esta clasificación es necesario realizar una compleja ecuación basada en el año de nacimiento de la persona, la que como cualquier operación lógica cuenta con varias ramificaciones que permiten determinar distintas dimensiones de la propia existencia. Así, las tareas o enseñanza que debo realizar en esta vida, cuáles son las principales características positivas, en qué circunstancias se desarrolló el periodo gestacional y cómo la emocionalidad de la madre se ve reflejada de manera evidente en los miedos o sentimientos de la persona, y al mismo tiempo, nos entregan herramientas para mejorar aquellos aspectos que de alguna forma nos impiden llegar a la obtención del fin último de nuestras vidas: la felicidad.
En el libro “Las puertas a tu realidad personal”, escrito por Sepúlveda en el año 2013, se describe de manera clara la estrecha relación entre el correcto flujo de energía y la comprensión del quienes somos y nuestra conexión con el universo y la naturaleza. Explica - a través de la interrupción de esta simbiosis- los actuales conflictos internos y externos a los que nos vemos enfrentados en la actualidad.
Para la autora muchas de las enfermedades, desavenencias e incluso conflictos de orden internacional, podrían ser resueltos sobre la base de la comprensión del origen primero, del orden natural inserto en la libertad bien entendida y en el respeto por uno y el entorno.
Finalmente, todo se resume en que “venimos a la universidad de la vida donde vamos pasando de curso, tenemos profesores que nos enseñan y que son nuestras propias familias, tenemos una misión y en el camino hacia el cumplimiento de ésta vamos en un espiral ascendente, aprendiendo, amándonos y amando a quienes nos rodean. El Tzolkin y los calendarios mayas revelan la verdad de cada ser humano y al conocer nuestra realidad nos hacemos conscientes de nuestra existencia en su más amplio término y nos acercamos a nuestra gran tarea: ser felices en armonía con el universo”, concluyó Verónica Sepúlveda Tarud.
María Soledad Ramírez Tapia
mramirezt@uautonoma.cl
Periodista de Extensión y Comunicaciones
Universidad Autónoma de Chile Talca.