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El ocaso de nuestra vida es a eso de los 52 años, nos detenemos y nos damos vuelta atrás para ver nuestra vida, nuestros logros. Muchas veces no estamos conformes con nuestro crecimiento. La noche es crecimiento, todo crece de noche, por lo que evaluamos y muchas veces nos desesperamos ya que todo está hecho, ahora sólo tenemos las consecuencias de las acciones de nuestra historia. Adquirimos la enseñanza de lo aprendido, y esta experiencia vivida debemos entregarla con responsabilidad, para prevenir a nuestro entorno sobre el producto de nuestros errores. Volver a Sellos |